CLEAR CREEK COUNTY, Colo. — Un hombre acusado de matar a un criador de perros del condado Clear Creek y esconder su cuerpo en la propiedad del criador inicialmente dijo que había robado varios objetos de la caravana de la víctima — incluida el arma homicida probable — pero no hirió a la víctima.
Más tarde, Sergio Ferrer cambió su historia y les dijo a los investigadores que mató a Paul Peavey en defensa propia, según una declaración jurada de arresto de la Oficina del Alguacil del Condado Clear Creek.
La última vez que se supo de Peavey fue el 19 de agosto, y fue reportado como desaparecido varios días después. Según la declaración jurada, algunos agentes fueron a su residencia, que era una casa rodante, el 22 de agosto y no encontraron señales de Peavey. Sin embargo, sí vieron que la puerta de su caravana estaba abierta y encontraron dos perros dóberman pinscher adultos. Según la declaración jurada, no había comida ni agua para los animales, así que ambos fueron llevados a un refugio.
El 24 de agosto, un grupo de búsqueda organizado por la comunidad descubrió el cuerpo de Peavey cerca de su hogar justo antes del mediodía. Cuando los investigadores hablaron con uno de los hombres que encontró los restos de Peavey, mencionó a Ferrer y a otra persona que había estado vendiendo cachorros dóberman pinscher en Facebook. El hombre también les dijo a los investigadores que había llamado al teléfono de Peavey, y fue contestado por alguien que no era Peavey. Dijo que la persona parecía tener un "acento falso", según la declaración jurada, y que creía que la persona con la que había hablado era Ferrer.
El hombre también le dijo a los investigadores que varios objetos habían desaparecido de la propiedad de Peavey. Esos objetos incluían joyas, armas y detectores de metales.
Como Ferrer vivía en Georgetown, los investigadores se pusieron en contacto con la policía de Georgetown, quienes les dijeron que ya estaban considerando arrestarlo por una orden no relacionada. Debido a su posible involucramiento en la muerte de Peavey, la policía de Georgetown dijo que intentarían contactarlo. Ferrer fue arrestado en su lugar de trabajo ese día.
El día siguiente, un testigo se comunicó con la oficina del alguacil y dijo que el Jeep de Ferrer había sido visto en Georgetown el 23 de agosto. Según la declaración jurada, dentro había un cachorro y unas jaulas de perros.
Cuando los investigadores eventualmente registraron la residencia de Ferrer, encontraron varios objetos que supuestamente le habían robado a Peavey, incluidos los siguientes artículos:
- Dos pistolas de bolas de pimienta
- Una bolsa negra que contenía joyas
- Cuatro detectores de metales
- Un celular con el nombre de Peavey
Los investigadores también incautaron otros objetos, como ropa con lo que posiblemente sería sangre y toallitas que parecían coincidir con unas encontradas en la escena del crimen.
Cuando se le preguntó sobre algunos de los artículos, Ferrer dijo que había obtenido los detectores de metal de un hombre llamado "Jared". Cuando fue contactado, el hombre dijo que no tenía conocimiento sobre ningún detector de metales. Ferrer dijo voluntariamente a los investigadores que Peavey le había dado el rifle de balines.
Luego, él dijo que Peavey le había vendido dos pistolas de balines (o pistolas BB), dos rifles de balines (o rifles BB) y una pistola de 9mm. Ferrer explicó además que había ido a la residencia de Peavey el 19 de agosto para realizar un pago final y encontró el lugar desordenado, según la declaración jurada. Dijo que se había llevado varios artículos.
"Vi una oportunidad de coger algunas cosas y poner dinero en mi bolsillo", les dijo a los investigadores, según la declaración jurada. "Pero no le hice nada a Paul".
Cuando se le preguntó por qué no llamó a la policía, explicó que sabía que tenía una orden de arresto y que iba a ser detenido. Cuando fue presionado por los investigadores, Ferrer eventualmente admitió que le había disparado a Peavey, pero dijo que había sido en defensa propia, después de que Peavey le apuntara un arma a él, según la declaración jurada. Dijo que Peavey estaba involucrado en un cártel de drogas, y que el incidente estaba centrado alrededor de drogas que habían desaparecido y no tenía nada que ver con los perros.
RELATED: Recomiendan cargos criminales por la muerte de un criador de perros en el condado Clear Creek
Él negó haber vendido alguna vez los perros de Peavey, e insistió que los llevó a Denver y los regaló a todos.
Sin embargo, un veterinario llamó a la oficina del alguacil y les notificó cuando una mujer trajo a un cachorro con un microchip que coincidía con uno de los cachorros de Peavey. La nueva dueña dijo que había comprado el cachorro el 21 de agosto de un hombre y una niña joven. Dijo que había pagado $750 a "Ferrer Ferrer" usando la aplicación Cash App.
Un portavoz para la oficina del alguacil dijo que saben dónde están dos de los 10 cachorros perdidos. Peavey vendió el otro poco antes de su desaparición.
La Oficina Forense del Condado Clear Creek completó una autopsia y confirmó que la muerta había sido un homicidio, y la causa había sido una herida de bala. Fragmentos de bala, consistentes con una bala de 9mm, fueron recuperados de su cuerpo.
Cuando se le preguntó si la pistola de 9mm encontrada en su habitación coincidía con la que se utilizó para matar a Peavey, Ferrer respondió lo siguiente: "Pues tomé el arma [improperio] equivocada", según la declaración jurada.